
Aunque no llevo la cuenta con exactitud, hoy deben estarse cumpliendo mis primeros tres meses sin disfrutar de un adquirido e imprescindible placer dominical: la lectura de la revista El País Semanal, que acompañaba siempre a la edición de fin de semana del diario El País. Un aciago día, la edición impresa de este semanario dejó de llegar hasta mi puerta… Ya…